viernes, 27 de noviembre de 2009

REFLEXION DE ADVIENTO

Hoy 27 de noviembre, después de la misa diaria, hemos tenido una charla reflexión sobre Adviento. En este caso el ponente ha sido una persona muy conocida y querida de todos, pues ha sido nuestro parroquiano y amigo Eugenio.

Nos ha dado con su testimonio una extraordinaria lección de fe, amor y esperanza. Ha sido un testimonio muy emotivo que ha hecho brotar mas de una lágrima, pero no de tristeza sino de valor, de esperanza, de fe, de amor, de amistad, de ilusión y de entrega a los demás.

A continuación transcribo dos parrafos que nos sirvan de recuerdo y a la vez de acicate para vivir el tiempo de Adviento con la suficiente humildad y a la vez con la suficiente esparanza para recibir la llegada del niño Dios con nuestros corazones más limpios y a la vez más receptivos de las necesidades de los demás.


¡Ven Espíritu Santo!

Llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu Amor.

Envía tu Espíritu y serán creados y renovarás la faz de la tierra.


ADVIENTO TIEMPO PARA LA ESPERANZA

"Adviento y Navidad unidos en la preparación y la espera deben dar su fruto; Dios se hace hombre, salva el abismo que hay entre ambos pero no sólo para habitar entre nosotros sino para que nosotros podamos habitar con Él, salvar la distancia y llegar hasta Él, alcanzar su misma vida.

Dios se hace hombre para que el hombre se haga Dios, se trata de un intercambio maravilloso que traerá consigo una verdadera transformación del hombre a partir de su renacer a la vida de Dios.

Una buena ocasión para reafirmar nuestro bautismo. El compromiso gozoso de la vida de Dios que llevamos dentro supone:

LUZ, PALABRA, COMUNICACIÓN, AMOR Y ESPERANZA.

Muchas veces en Adviento y Navidad sentimos nostalgia porque nos faltan nuestros seres queridos en días tan señalados. Precisamente por eso, porque son días muy específicos en el calendario debemos sentirnos alegres

¿Qué mayor alegría que el nacimiento del niño Dios?

Recuerdo como fue mi primera Navidad después de la muerte de mi mujer, pues sólo hacía tres meses que había fallecido. La herida en mi corazón estaba sangrante, recuerdo que mi hija me preguntó que si pondríamos Belén en casa y no sólo le dije que sí sino que también colaboré con ella. Se suprimirán otras cosas pero no el nacimiento de la Esperanza porque eso nos hacía estar más unidos y por eso no íbamos a dejar de notar su ausencia.

Ese amor a Cristo es el que tiene que dar sentido a toda nuestra vida y no el traje o la cena o los regalos que podemos hacer o recibir en esas fechas, quizás sea ahí donde tengamos la nostalgia ¿A quién no nos falta algún ser querido?. Cómo complicamos a veces las cosas de Dios y qué poco ha querido el complicar las cosas para estar con los hombres, una cueva, un pesebre, un niño le bastan a Dios para estar entre nosotros. Todo en la mayor sencillez, así que ¿Quiénes descubren a Dios? Los sencillos: María, José, los pastores".

"Como os he comentado antes, después de la muerte de mi mujer, iba caminando sin perder la esperanza hasta que un 30 de Junio de hace 6 años cuando llego a casa recibo una llamada, era de la Guardia Civil; pensé que me estaban gastando una broma, pero no era así, me comunicaban que mi hija estaba en el Anatómico Forense, había sido atropellada por un coche mientras trabajaba. Yo no podía dar crédito a lo que me estaba pasando, en esos momentos proyectaba la película de mi vida, había escenas que no podía pasar, por ejemplo como esa misma mañana cuando nos despedíamos nos deseábamos un buen día, fue nuestro último beso, estaba sólo en casa hasta que fue llegando toda la familia. En todo este tiempo rezaba, pedía por mi hija pero también por mí, para que Dios me diera fuerzas, ¿Sería yo capaz de resistir lo que me estaba pasando? Necesitaba a Dios, pues estoy seguro que me estaba acompañando en esos momentos de dolor. Había algo dentro de mí que me daba esperanza. ¿Qué hubiese sido de mí sin su amor, sin Dios?

Debemos fiarnos de Dios aunque muchas veces no entendamos nada. De una cosa debemos estar convencidos y es que debemos confiar en él y aceptar su voluntad. ¿Por qué? Ya os lo he dicho, porque él no va a permitir las cosas para nuestro mal, todo lo contrario, Él propicia todo lo bueno para nosotros aunque muchas veces no lo comprendemos.

Jesús con el ejemplo de su vida nos revela que Dios es Amor y nos enseña que la perfección del hombre y la transformación del mundo son posibles como por la fuerza del amor Jesucristo en persona nos dice que hay que nacer de nuevo, enterrar todo aquello que no sea amor para basarnos sólo en Él. Desde nuestro lugar en este mundo debemos de esforzarnos por aportar soluciones a los problemas que estén a nuestro alcance.

¿y como resolvemos nuestras dudas? Jesucristo es la respuesta. Es nuestro ejemplo de vida, con él somos realmente libres, en él encontramos la verdad. Él dijo “yo soy el camino, la verdad y la vida” él es nuestra conciencia, nuestro guía y quien puede despejar todas nuestras incógnitas. Su vida fue libre y liberadora. Además Jesús nos enseñó que no podemos caminar solos, él siempre trabajaba en equipo y el equipo de un cristiano es la Iglesia que nos sirve también de guía y apoyo porque puede interpretar los acontecimientos del mundo actual a la luz del evangelio.

Nosotros con nuestras vidas también somos capaces de reflejar el Amor de Dios, nosotros ahora debemos ser reflejo de Cristo, cada uno desde su propio ambiente, en su trabajo, estudios, familia. Y tenemos que saber que ese ideal cristiano es perfectamente compatible con la vida que cada uno tiene, porque desde nuestro lugar en el mundo también podemos amar.

Que este tiempo de Adviento y esta Navidad nazca en nuestros corazones el Mesías y nos traiga Paz, Amor y Esperanza en nuestras vidas, como decía la madre Teresa de Calcuta: derrama amor en donde quieras que vaya, sobre todo en tu casa, da amor a tus hijos, a tu mujer o marido o a un vecino, no dejes que nadie venga a ti sin irse mejor y mas feliz. El hombre capaz de actuar y amar es siempre buen discípulo de Cristo, por eso el creer en Cristo, el amar a Cristo es también amar al mundo. Y para caminar por este mundo lo que no podemos hacer es negar al mundo, no podemos vivir a nuestro aire como este es un mundo que no deseo cierro las puertas a todo, trato de sobrevivir y voy a mi bola, esa no es la solución; aunque mismamente nosotros los que estamos aquí nos tratamos de esconder muchas veces de la ayuda a nuestro prójimo del amor a nuestros hermanos, muchas veces somos esclavos de las modas, del consumismo, de las drogas y del dinero. Eso es lo que la sociedad quiere, cuantas veces cerramos los ojos para no tener que ver la realidad que nos rodea. ¡claro! Así no nos sentimos culpables de no ser coherentes con lo que creemos ¿Verdad?

No tenemos que caer en contradicción con lo que creemos, los hombres y las mujeres tenemos que amar al mundo, a transmitir nuestra esperanza, a vivir el amor de Dios hacia el mundo con la motivación que nos proporciona los dos mandamientos fundamentales: Amad a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo.

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