miércoles, 19 de marzo de 2008

MONUMENTO DEL SANTISIMO

Liturgia del Jueves Santo
En este día se suele celebrar la llamada Misa Crismal, que es presidida por el Obispo y concelebrada por su presbiterio. En ella se consagra el Santo Crisma y se bendicen los demás óleos, que se emplearán en la administración de los principales sacramentos. En nuestra Diocesis tuvo lugar el día 18 de Marzo.
Es una manifestación de la comunión existente entre el Obispo y sus Presbíteros en el único y mismo sacerdocio y ministerio de Cristo. Para esta celebración se invita encarecidamente a los fieles para que reciban el sacramento de la Eucaristía. Es recomendable litúrgicamente y es de práctica común celebrarla en la Catedral de cada Diócesis.
Los oficios de Semana Santa llegan el Jueves Santo a su máxima relevancia litúrgica. Ese día se inicia el llamado Triduo Pascual que culminará en la Vigilia que conmemora, en la noche del Sábado Santo la Resurrección de Jesucristo.
Dentro de los oficios del día, adquiere una especial relevancia simbólica el lavatorio de pies que realiza el sacerdote y en el que recuerda el gesto que realizara Jesús antes de la Ultima Cena con sus apóstoles. Finalizados los oficios vespertinos, el Santísimo Sacramento se traslada del Sagrario al llamado "monumento", un altar efímero que se coloca ex-profeso para esta celebración, quedando el Sagrario abierto. Igualmente, el altar es despojado de todo tipo de ornato.
El lavatorio queda reflejado también en el Evangelio del día:
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. Estaban cenando, ya el diablo le había metido en la cabeza a Judas Iscariote, el de Simón, que lo entregara, y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido. Llegó a Simón Pedro, y éste le dijo:-«Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?»Jesús le replicó:-«Lo que yo hago tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde.»Pedro le dijo:'-«No me lavarás los pies jamás.»Jesús le contestó:-«Si no te lavo, no tienes nada que ver conmigo.»Simón Pedro le dijo:-«Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza.»Jesús le dijo:-«Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos.»
Durante la noche se mantiene la adoración del Santísimo en el monumento, celebrándose la llamada "Hora Santa".
Desde hace unos años, la Iglesia Católica conmemora el Jueves Santo el llamado Día del Amor Fraterno.

Historia
El Jueves Santo Jesús cenó la Pascua con sus apóstoles o discípulos, siguiendo la tradición judía, ya que según ésta se debía de cenar un cordero puro y del año; con la sangre de éste se debía rociar la puerta en señal de purificación ya que si no se hacía así el ángel exterminador entraría a la casa y mataría al primogénito de esa familia (décima plaga), según lo relatado en el libro del Éxodo. En dicho libro se lee que no hubo una sola familia de egipcios en la cual no hubiera muerto el primogénito, por lo que el Faraón los dejó salir de Egipto y ellos corrieron lo más pronto posible hacía su libertad; el Faraón se arrepintió de haberlos dejado salir y manda a su ejército a que persigan a los israelitas pero Dios no lo permitió y después de que los israelitas pasaran por el Mar Rojo lo cerró, por lo que los egipcios se ahogaron. Para los católicos, el cordero pascual de entonces pasó a ser Jesús mismo, entregado en sacrificio por los pecados de la humanidad y dado como comida en la Hostia.

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