domingo, 16 de marzo de 2008

COMO VIVIMOS LA SEMANA SANTA

Cómo vivimos la Semana Santa
14.03.08 @ 16:53:47.
Artículo publicado por ANA BOU en BLOG PERIODISTA DIGITAL
Comienza la semana grande, la semana del dolor y del amor, de la muerte y de la vida…
Jesús camina decidido a su Pascua y lo hace asumiendo todas las consecuencias, sabiendo lo que le espera.
En pleno siglo XXI nos podemos preguntar: ¿Cómo es posible conocer a Jesús de cerca y venderle? Lo vemos como una actitud incomprensible, pero esa actitud ¿Es única y exclusiva de Judas? ¿Cuántos Judas conocemos hoy?
Empecemos por no escandalizarnos ante esa actitud porque seguro que todos le podemos poner nombre y apellido a “Judas”…
La levadura se esconde en la masa, está ahí para que todo pueda florecer, para que la masa se haga pan.Hoy día el mundo es un gran Getsemaní, donde muchas personas sufren las consecuencias del hambre, el dolor, la soledad, la explotación, la injusticia etc. y, ante esta realidad, de la que todos somos conscientes, optamos por la postura más cómoda, ¿cual?: dormirnos, dormir ante esa injusticia porque, de momento, a mí no me salpica… y es ahí donde me pregunto: ¿verdaderamente me duele el dolor del mundo o mientras no sea yo el perjudicado, no es mi problema? entonces decidimos echar balones fuera con respuestas como: para eso tenemos un gobierno, una diputación, un alcalde, una Iglesia, todos menos yo…
Jesús también podía haber hecho lo mismo y quizá la historia hubiera sido diferente, pero no fue así. Él está dispuesto a asumir lo inevitable con total libertad interior y, para ello, el silencio de Jesús es clave para poder entender el aparente silencio de Dios.
A Jesús le mataron por poner en riesgo la credibilidad del sistema. No fue por la vida organizando manifestaciones o poniendo a la gente a favor o en contra, solo se encargó de presentar un proyecto alternativo en el cual todas las personas tenían una valía por sí mismas con los mismos derechos.A nosotros se nos encomienda también esa tarea de ser voz de los que no tienen. Haciendo valer los derechos de las personas excluidas, bajándolas de la cruz, acompañándolas en esa pasión.
Recordemos que la muerte de Jesús es una consecuencia de una vida de entrega y servicio, de una opción. ¡Cuantas personas han decidido dar su vida hasta las últimas consecuencias! Apostar por el mensaje de Jesús hasta el final...
Seguro que todos hemos oído y conocemos a más de una persona, por poner algún ejemplo: Pedro Casaldaliga, Monseñor Oscar Romero, Madre Teresa, los jesuitas como Ellacuría, Segundo Montes, Amando López…
Pensemos que, en este mundo, toda salida a favor de la justicia es arriesgar la vida. ¿Merece la pena? Quizá sería buena una reflexión en estos días…

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