martes, 2 de marzo de 2010

la muerte no es el final

La muerte no es el final

La muerte no es el final es una canción cristiana compuesta por el sacerdote vasco Cesáreo Gabaráin Azurmendi, (1936-1991) tras haber perdido a Juan Pedro, un joven de 17 años que era organista en su parroquia. Dicho sacerdote compuso centenares de canciones, algunas mundialmente conocidas como «Pescador de Hombres» “Tú has venido a la orilla...”,”Madre hoy he vuelto a recordar…”

Posteriormente, las
Fuerzas Armadas de España adoptaron esta música como himno que se entona en homenaje a los que han muerto realizando actividades militares en toda la Historia dentro del Ceremonial en Homenaje a los Caídos por España. Esta adopción tiene su origen en el año 1981, cuando el teniente general José María Sáenz de Tejada la escuchó en el transcurso de un funeral e imaginó en qué medida realzaría el traslado de la tradicional corona de laurel hasta la cruz en los ceremoniales militares de homenaje a los Caídos. La perfilación de la versión definitiva de la música para destino castrense fue llevada a cabo por Tomás Asiaín.

Letra

Tú nos dijiste que la muerte
no es el final del camino,
que aunque morimos no somos,
carne de un ciego destino.

Tú nos hiciste, tuyos somos,
nuestro destino es vivir,
siendo felices contigo,
sin padecer ni morir.


Cuando la pena nos alcanza
por el compañero perdido,
cuando el adiós dolorido
busca en la fe su esperanza.

En tu palabra confiamos
con la certeza de que Tú
ya lo has devuelto a la vida,
ya lo has llevado a la luz.
Ya lo has devuelto a la vida,
ya lo has llevado a la luz

Cuando, Señor, resucitaste,
todos vencimos contigo
nos regalaste la vida,
como en Betania al amigo.

Si caminamos a tu lado,
no va a faltarnos tu amor,
porque muriendo vivimos
vida más clara y mejor.

Esta canción es habitualmente interpretada como homenaje a los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado caídos en acto de servicio.

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