EL LUGAR DE CÁRITAS
Cáritas encuentra su lugar teológico entre los pobres y excluidos de la sociedad.
Cáritas encuentra su lugar teológico entre los pobres y excluidos de la sociedad.
Al igual que Jesús de Nazaret que se mezclaba con "gente de mal vivir", según el juicio de sus enemigos, Cáritas se ve convocada a desplegar su labor entre los hombres que han pasado a formar parte de los excluidos.
Su presencia es reclamada en las situaciones en que al hombre se le niega su posibilidad de ser persona con todos los derechos humanos en pleno ejercicio; ha de hacerse valer en los lugares donde la vida y dignidad del ser humano están en peligro y la existencia puede ser truncada a causa de la injusticia y el desorden económico y social.Es ahí, en los agujeros negros de nuestro universo social, donde ella tiene su sitio y su sentido:
-Cuando la integridad física está amenazada: ¡ahí está Cáritas!, enfrentándose al hambre, a la enfermedad, a la persecución, a la guerra ya la depredación de la tierra y defendiendo a quienes son triturados por el engranaje de los intereses creados.
-Cuando la relación social está destrozada: ¡ahí está Cáritas!, voceando que el racismo no es humano, que la xenofobia no tiene cabida, que las fronteras excluyentes son defensas interesadas y demostrando que la acogida libera y sana, porque al otro no se le mira de arriba abajo, sino a los ojos como a un igual.
-Cuando la mente está secuestrada: ¡ahí está Cáritas!, intentando liberar las cadenas de los no instruidos, de los sumergidos en la explotación mercantilista de trabajos denigrantes y abriendo las puertas a aquellos que ya no poseen criterio porque han sido atrapados en las garras de las adicciones.
-Cuando los valores éticos están devaluados: ¡ahí está Cáritas!, luchando por la dignidad de las personas y proclamando que el valor del ser humano no radica en los títulos ni en las cuentas corrientes ni en la producción que aporta, sino en el atributo de ser persona. Y todo ello porque Cáritas entiende que su lugar de acción está en el ser humano y su labor es rescatar a quien es deshumanizado, procurando una intervención global en favor de los hombres sin descuidar ninguna de sus necesidades vitales ni su historia personal.
¡Ahí esta Cáritas!, donde otras muchas instancias no están ni les interesa estar porque
"ahí no se produce nada".
-Cuando la integridad física está amenazada: ¡ahí está Cáritas!, enfrentándose al hambre, a la enfermedad, a la persecución, a la guerra ya la depredación de la tierra y defendiendo a quienes son triturados por el engranaje de los intereses creados.
-Cuando la relación social está destrozada: ¡ahí está Cáritas!, voceando que el racismo no es humano, que la xenofobia no tiene cabida, que las fronteras excluyentes son defensas interesadas y demostrando que la acogida libera y sana, porque al otro no se le mira de arriba abajo, sino a los ojos como a un igual.
-Cuando la mente está secuestrada: ¡ahí está Cáritas!, intentando liberar las cadenas de los no instruidos, de los sumergidos en la explotación mercantilista de trabajos denigrantes y abriendo las puertas a aquellos que ya no poseen criterio porque han sido atrapados en las garras de las adicciones.
-Cuando los valores éticos están devaluados: ¡ahí está Cáritas!, luchando por la dignidad de las personas y proclamando que el valor del ser humano no radica en los títulos ni en las cuentas corrientes ni en la producción que aporta, sino en el atributo de ser persona. Y todo ello porque Cáritas entiende que su lugar de acción está en el ser humano y su labor es rescatar a quien es deshumanizado, procurando una intervención global en favor de los hombres sin descuidar ninguna de sus necesidades vitales ni su historia personal.
¡Ahí esta Cáritas!, donde otras muchas instancias no están ni les interesa estar porque
"ahí no se produce nada".
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