lunes, 24 de enero de 2011

1º PREMIO BELEN BIBLICO - Concurso Diocesano de Belenes 2010

 El 23 de Enero por la tarde se llevó a cabo el fallo del Jurado y entrega de premios del VII Concurso Diocesano de Belenes.

Se inició en la Catedral de la Magdalena con el rezo de las Vísperas y a continuación en salones aledaños se procedió a la entrega de los premios.
Cuando el jurado proclama que el ganador en la categoría de Belén Bíblico es la Parroquia de San Pío V de Leganés se produce una explosión de alegría y la emoción provocó que se nos saltaran las lágrimas.
María del Carmen del Pino que fue la que mejor con-troló sus emociones, salió a recoger el premio e hizo un corto pero emocionado agradecimiento por el premio recibido.
Hoy más que nunca podemos reafirmarnos en que JUNTOS, SÍ PODEMOS.
 “La grandiosidad de nuestro Belén es una comunidad unida preparando la venida de Jesús”       Mª Carmen del Pino
Diferentes momentos de la entrega de premios del VII Concurso Diocesano de Belenes.
Nuestro más sincero agradecimiento a la Delegación de la Juventud de la Diocesis y al Jurado del Concurso por haber reconocido y premiado nuestro esfuerzo y trabajo.
Como ya hemos dicho en otras ocasiones, lo importante de realizar el Belén no está en lo vistoso que quede o los premios que nos den, sino la convivencia que conlleva y el espíritu de unidad que imprime a toda la comunidad de San Pío V.
No podemos dejar de reseñar también nuestro agradecimiento a los dos grandes amigos y maestros José Cuevas y Luis Trinidad, porque sin su ayuda no hubiera sido posible.
Gracias también a todos los que en mayor o menor medida han participado en la realización del Belen, desde hacer palmeras, paja, frutas, vallas, etc hasta los que han aportado figuras, han serrado tableros o colocado bombillas.
JUNTOS, SÍ PODEMOS crear una comunidad más unida, más solidaria, más acogedora. Seamos más ejemplo para nuestra sociedad y menos sermón.

Miguel Camacho

domingo, 23 de enero de 2011

"DE DIOSES Y DE HOMBRES"



Hay una nueva pelicula francesa, excelente, llamada: "De Dioses y Hombres" que narra la historia de estos heroes silenciosos del critianismo universal, historias como esta son las que vale la pena llevar a la pantalla, no es una historia candida donde el mundo es color de rosa, no es una promoción para el odio entre religiones, no es el morbo llevado al exceso de la violencia cruda y grafica, es un retrato especial del amor, la bondad, el valor y el sacrificio de los verdaderos cristianos...

lunes, 17 de enero de 2011

TEMA DE FORMACION - 27 de Enero

El 27 de Enero estamos llamados a compartir y reflexionar sobre los objetivos a conseguir durante este curso.
Como dice el título del encuentro, seguro que JUNTOS, SÍ PODEMOS.

Encuentro de Liturgia de las Parroquias de Leganés

miércoles, 5 de enero de 2011

BELEN DE LA PARROQUIA

ARTABAN - EL CUARTO REY MAGO

Artabán                                                                    TEXTO: WIKIPEDIA


Artabán es un personaje ficticio protagonista del cuento navideño The Other Wise Man (El otro rey mago), escrito en 1896 por Henry van Dyke (1852 – 1933), teólogo presbiteriano estadounidense.

Cuenta el relato que Artabán era el cuarto Rey Mago que encaminó sus pasos hacia Occidente, siempre guiado por el fulgurante mapa celestial, en busca del niño Jesús.

El nombre "Artabán" proviene del persa y corresponde a cuatro reyes partos, así como a un hermano de Darío I y un general de Jerjes.

Sinopsis

El zigurat de Borsippa, con sus altos muros y siete pisos, era el punto de encuentro de los cuatro reyes e inicio de la travesía conjunta. Hacia allí acudía Artabán, con un diamante protector de la isla de Méroe, un pedazo de jaspe de Chipre, y un fulgurante rubí de las Sirtes como triple ofrenda al Niño Dios, cuando topó en su camino un viejo moribundo y desahuciado por bandidos: interrumpió el rey su viaje, curó sus heridas y le ofreció el diamante al viejo como capital para proseguir el camino. Llegado a Borsippa, sus compañeros de viaje habían partido.

Continuó en soledad en pos de su destino, pero arribado a Judea, no encontró ni a los Reyes ni al Redentor, sino hordas de soldados de Herodes degollando a recién nacidos: a uno de ellos, que con una mano sostenía a un niño y en la otra blandía afilada espada, ofrece el rubí destinado al Hijo de Dios a cambio de la vida del niño. En esta actitud es sorprendido: es apresado y encerrado bajo llave en el palacio de Jerusalén.

Treinta años duró el cautiverio, y fueron llegando ecos de los prodigios, consejos y promesas de un Mesías que no era sino el Rey de Reyes al que fue a adorar. Con la absolución y errando por las calles de Jerusalén, se anunció la crucifixión de Jesucristo; encamina sus pasos al Gólgota para ofrecer la adoración largamente postergada, cuando repara en un mercado en el que una hija es subastada para liquidar las deudas su padre. Artabán se apiada de ella, compra su libertad con el pedazo de jaspe, la última ofrenda que le quedaba es ofrecida y Jesucristo muere en la Cruz: tiembla la tierra, se abren los sepulcros, los muertos resucitan, se rasga el velo del templo y caen los muros. Una piedra golpea a Artabán y entre la inconsciencia y la ensoñación, se presenta una figura que le dice: “Tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, estuve desnudo y me vestiste, estuve enfermo y me curaste, me hicieron prisionero y me liberaste”. Desorientado y exhausto pregunta: “¿Cuándo hice yo esas cosas?”, y con la misma expiración recibe la respuesta: “Lo que hiciste por tus hermanos, lo hiciste por mí”. Con Él se elevó a los mismos cielos que en su juventud le guiaron en pos del Destino finalmente alcanzado.
 
El número de los Reyes Magos ha estado en entredicho durante varios siglos, y de hecho, hasta el IV los teólogos Orígenes y Tertuliano establecen que son tres y hasta el VIII no se les bautiza como Melchor, Gaspar y Baltasar aunque no fueron de uso común hasta el siglo X.


En el Evangelio de San Mateo, donde se les menciona por primera vez, se les cita únicamente como "magos que llegaron del Oriente", pero en ninguna otra parte del Antiguo Testamento aparecen citados ni su número, edad, aspecto, nombre o atuendo.

Según el libro 'Mitos y ritos de la Navidad', del periodista Pepe Rodríguez, en el siglo III, algunas representaciones en templos mostraban sólo a dos personajes, mientras que en las catacumbas romanas aparecían como dos o cuatro, e incluso llegaron a ser media docena en algunas pinturas del siglo IV.

Tampoco fueron coronados hasta el III, ya que durante los dos primeros siglos, sólo aparecían citados como "magos" ("magi", en latín, o "sabios") y sus únicos tocados no eran coronas sino gorros frigios propios de los astrólogos del dios persa Mitra.

El significado peyorativo del concepto de mago y la prohibición de la práctica de la magia por los textos bíblicos hicieron que esta denominación estuviese mal vista para nombrar a estas tres figuras que adoraron a Jesús en Belén.